Las asociaciones genealógicas y su importante aportación
Ponencia presentada por D. Miguel Ángel Fernandez González, miembro de la junta directiva de HISPAGEN, en las I Jornadas de FamilySearch celebradas en Madrid (España) los días 13-14 de mayo de 2011.
INTRODUCCIÓN
Siendo el tema principal de estas I Jornadas de FamilySearch profundizar en el conocimiento de las actuales tecnologías y herramientas informáticas así como fomentar nuevas ideas en su uso y aplicación actual a la investigación genealógica, en HISPAGEN hemos propuesto una pequeña ponencia para, desde nuestra propia experiencia, resaltar que el asociacionismo genealógico puede hacer importantes aportes a ese avance en los medios y recursos, en particular, y a la investigación genealógica, en general.
Igualmente queremos destacar que el asociacionismo genealógico tradicional se enfrenta al interesante reto de transformarse, modernizarse y adaptarse al uso de las nuevas tecnologías en la investigación, pero también en su organización, gestión y funcionamiento.
Una transformación que se está produciendo casi por “evolución natural” porque el marco jurídico de las asociaciones en España ha quedado anticuado, yendo muy por delante la realidad sobre la norma, situación que imaginamos podemos extrapolar a la mayoría de países europeos o americanos, que en sus diferentes grados, se enfrentan a este proceso de cambio imparable.
¿CÓMO SURGE EL ASOCIACIONISMO GENEALÓGICO?
Partiendo de la premisa de que la “unión hace la fuerza” resulta evidente que una asociación de personas con unos intereses y objetivos comunes, que cuente con recursos suficientes y una gestión eficiente estará en condiciones de conseguir numerosos y valiosos logros para sus fines, y por añadidura para sus asociados.
Los patrocinadores de estas Jornadas son un claro ejemplo de ello, pues acumulan más de un siglo de experiencia en la investigación de la historia familiar, y su expansión y sus logros en la difusión de los recursos genealógicos son reconocidos en el mundo entero, sin embargo tienen una diferencia sustancial (a su favor) con otras asociaciones genealógicas, y es que desde su nacimiento contaba con el importante soporte de la institución de la Iglesia de Jesucristo los Santos de los Últimos Días que evidentemente han facilitado la evolución de esta organización sin ánimo de lucro hasta lo que hoy en día reconocemos como FAMILYSEARCH.
Por otro lado están en una situación similar las que conocemos como ASOCIACIONES GENEALÓGICAS TRADICIONALES, que fueron surgiendo principalmente a lo largo del siglo XX de entornos bastante académicos y con intereses principales en campos como la nobiliaria y la heráldica, y donde muchas veces la genealogía tenía un papel accesorio que fue ganando relevancia con el paso de los tiempos.
Poniendo algunos ejemplos de España podemos citar la Asociación de Diplomados en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria (fundada en 1967), la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía (fundada en 1988) o el Instituto Internacional de Genealogía y Heráldica (fundado en 1953 y registrado en 1965); en general asociaciones que surgían tras la Ley de asociaciones del año 1964 desde el ámbito de las ciencias auxiliares de la HISTORIA y que también contaban en sus inicios con un importante apoyo de academias e instituciones preexistentes, y que podremos encontrar de forma similar en la mayoría de países con tradición de investigación genealógica. Este tipo de asociaciones se fue ampliando con las de carácter más regional y al mismo tiempo con federaciones y confederaciones de carácter supranacional.
Pero las asociaciones genealógicas que más proliferan hoy en día son de un estilo mucho más abierto, y totalmente distinto, que tienen su origen en la revolución que para toda la sociedad supuso INTERNET en los años 90.
HISPAGEN fue fundada en el año 2000 y podemos considerarla en España como una pionera y ejemplo en este nuevo tipo asociaciones genealógicas en el ámbito hispano. En el número 7 de nuestra revista de acceso gratuito “CUADERNOS DE GENEALOGÍA” del año 2010, figura, con motivo de la celebración de nuestro X ANIVERSARIO, un artículo sobre las circunstancias de la fundación y la evolución posterior de HISPAGEN.
En resumen, las listas temáticas de intercambio de correos electrónicos relacionadas con la historia y las humanidades facilitaron el contacto y la interactuación entre los aficionados a la genealogía, y dentro de ISOCANDA primero (del Capítulo Andaluz de Internet Society), o REDIRIS después (de las listas de distribución del CSIC), esos contactos por correo electrónico entre genealogistas aficionados generaron la inquietud de conocerse personalmente, intercambiar conocimientos y experiencias y dar después el salto para fundar una asociación sin ánimo de lucro que diera soporte a ese interés por investigar y trabajar por la genealogía.
Es decir Internet puso al alcance las herramientas tecnológicas necesarias, que aunque surgidas principalmente para entornos científicos y universitarios podían ser aprovechadas en igualdad de condiciones por cualquier aficionado a la genealogía.
Aquello fue el germen de HISPAGEN, pero las posibilidades que proporciona Internet actualmente se han multiplicado, ahora tienen un gran éxito los grupos y listas de Yahoo, pero también de Google, numerosos tipos y clase de foros que facilitan a cualquier aficionado a la historia familiar información sobre las asociaciones genealógicas ya existentes, o que pueden propiciar el contacto fluido y necesario para crear nuevas asociaciones.
OBJETIVOS Y FINES DE LAS ASOCIACIONES GENEALÓGICAS
Los fines que figuran en los Estatutos de HISPAGEN bien pueden ser trasladables con carácter general, y en mayor o menor medida, al resto de asociaciones:
a) La promoción y el fomento de actividades genealógicas.
b) La colaboración con entidades públicas y privadas en los aspectos de estudio, conservación, publicación y difusión de recursos genealógicos de todo tipo de ámbitos.
c) La información y sensibilización sobre la realidad de los fondos documentales, así como su preservación.
d) Asesoramiento en materia genealógica.
En la actualidad estos fines pueden ser compartidos por la mayoría de asociaciones genealógicas, pero en realidad la aspiración a estos objetivos debe hacerse extensible a las administraciones nacionales, regionales y locales, instituciones eclesiásticas, archivos, etc. como lo demuestra la representación en estas Jornadas de Genealogía de representantes de numerosos de estos ámbitos.
Los medios para acometer estos fines son diversos, pero podemos destacar los siguientes:
· Elaboración de estudios y materiales en el ámbito de la genealogía, tanto monográficas, como publicaciones periódicas (revistas y boletines).
· La realización de cursos, encuentros y jornadas dirigidos al fomento de la genealogía y dar a conocer sus fuentes y recursos para la investigación.
· La formación de bases de datos y fondos documentales de interés genealógico.
· Establecer acuerdos y convenios con otras asociaciones, entidades públicas y privadas, instituciones eclesiásticas para colaborar en mejorar los marcos legales de acceso a la investigación, así como fomentar la conservación y difusión de los diversos recursos genealógicos.
· Ocupando un lugar destacado la utilización y potenciación de las nuevas tecnologías para lograr y facilitar todos estos fines y actividades.
Muchos de estos objetivos se van logrando gracias al trabajo solidario y desinteresado de una buena parte de los socios que siente verdadera pasión por la genealogía y que en la suma de los diversos aportes hacen que las posibilidades y capacidades sean cada vez más ambiciosas.
HISPAGEN, desde la modestia de su tamaño próximo al centenar de socios y con las limitaciones de tiempo y recursos disponibles que inevitablemente toda asociación sin ánimo de lucro debe sobrellevar, gracias al trabajo de muchos de sus socios, ha logrado muchos de esos objetivos:
· Ha colaborado en la edición y publicación de obras y bases de datos de autoría de sus socios, pero también ha acometido obras de carácter colectivo, como la reciente base de datos publicada en CDROM que contiene la “Indexación de apellidos del índice de expedientes personales del Archivo General Militar de Segovia”. También pone a disposición de socios, y no socios, su espacio web para la publicidad de materiales y bases de datos de interés genealógico donde destaca el índice de padrones de Extremadura del año 1829 actualmente en curso, así como la revista CUADERNOS DE GENEALOGÍA, que a razón de 2 números anuales se viene publicando desde el año 2007.
· Ha organizado dos Encuentros de Genealogía (años 2003 y 2007), y fomenta la organización de tertulias genealógicas entre sus socios y aficionados a la genealogía en diversos puntos de España, y la asistencia, en la medida de lo posible, a los organizados por otras asociaciones e instituciones (como las presentes Jornadas).
· Ha establecido contactos y explorado posibilidades de colaboración con diversas instituciones eclesiásticas de distintas confesiones, y aunque no siempre se logran acuerdos, ello no nos desanima en seguir proponiendo y buscando esas vías de colaboración. Recientemente efectuamos la donación de un lector de microfilms al Archivo Diocesano de Segovia que seguramente facilitará a los genealogistas el acceso a sus fondos documentales.
· Con motivo del reciente Proyecto de Ley del Registro Civil que se está tramitando en las Cortes Españolas, y teniendo en cuenta la importancia que ha tenido, tiene y tendrá este gran fondo documental de la administración para las investigaciones genealógicas HISPAGEN trasladó a todos los grupos parlamentarios un total de 24 enmiendas para la mejora de los textos de esta futura ley, mejora técnicas algunas de ellas, pero otras de vital importancia para la futura investigación genealógica. Hay que destacar que la futura ley supondrá un cambio radical en el sistema de Registro Civil, que pasará de estar organizado por municipios y partidos judiciales con sus series de libros de nacimientos, matrimonios y defunciones a convertirse en un moderno REGISTRO CIVIL ÚNICO Y ELECTRÓNICO de acceso telemático por Internet. Nuestras propuestas de mejoras persiguen principalmente:
o Que se incluya la investigación genealógica como causa de acceso a los datos no protegidos (para evitar el hecho, lamentablemente tan repetido, de negativas arbitrarias del funcionario de turno a poder consultar los libros del registro civil de más de 70 años).
o Que se contemplen medidas sobre la conservación y custodia de los fondos documentales en los Ayuntamientos.
o Que se establezcan periodos transitorios para evitar la pérdida de información y la continuidad entre un sistema de registro civil y otro, especialmente porque en el nuevo sistema desaparecerá la información de los abuelos paternos y maternos en los registros de nacimientos, como hasta ahora venían incluyéndose.
o Y que temporalmente se siga utilizando una copia de los datos del registro civil en soporte físico, por la preocupación de muchos genealogistas tenemos por la seguridad de los datos y los riesgos de pérdida o deterioro de los nuevos soportes electrónicos que tienen todavía un rodaje de muy pocos años.
Esta importante reforma legal está actualmente en trámite legislativo, pero ya podemos adelantar y congratularnos, que algunas de las propuestas de HISPAGEN han sido admitidas parcialmente en el Congreso de los Diputados y en el texto aprobado el pasado día 4 de mayo ya figura un apartado en el artículo 80 sobre medios de publicidad del Registro Civil, un texto que literalmente dice:
“Con carácter excepcional y con fines de INVESTIGACIÓN FAMILIAR, histórica o científica, se podrá autorizar el acceso a la información registral en los términos que reglamentariamente se establezcan”
Evidentemente la investigación familiar en los registros civiles para HISPAGEN y los genealogistas es ordinaria, y no excepcional, pero sólo el hecho de que los políticos acepten la inclusión en la norma de esta posibilidad, supondrá un gran avance desde la situación actual.
· En cuanto a la potenciación del uso de las nuevas tecnologías, todo lo anterior está relacionado, porque la propia HISPAGEN existe y se relaciona interna y externamente gracias a Internet y sus recursos, colaborar con los legisladores para diseñar el futuro registro civil electrónico también es potenciar el avance. Algunos de sus socios colaboran en la prueba, desarrollo y traducciones de software libre genealógico, pero como muestra especial podemos citar nuestros Premios a las mejores web de Genealogía que convoca HISPAGEN desde el año 2004 y que premian el trabajo en el diseño de webs de genealogía tanto a nivel individual como institucional. Pero sin duda en lo que todos pensamos cuando hablamos de la revolución de las nuevas tecnologías es en la digitalización y puesta online de forma rápida y sencilla de los innumerables recursos genealógicos, incluso indexados por fechas y apellidos, y donde el espectacular trabajo de FamilySearch es el mejor ejemplo a destacar, y que muchas asociaciones desearíamos poder imitar.
El gran aporte de las asociaciones es precisamente el salto cualitativo que supone pasar de la lucha y trabajo individual del genealogista viajando e invirtiendo años y dinero para poder consultar (con mayor o menor éxito) pequeños archivos de parroquias, archivos municipales, etc., hacer sus pequeñas bases de datos rudimentarias hasta pasar al trabajo colectivo que permite abordar proyectos más ambiciosos, usar software genealógico más moderno y compatible y donde los contactos con instituciones y administraciones pueden dar frutos que antes nos podían parecer impensables, como que HISPAGEN haya conseguido captar la atención de los legisladores (algo impensable de obtener a título individual y sin el soporte de la asociación), o que cada vez se avance más en la digitalización y puesta online de fondos eclesiásticos y civiles que van haciendo que la “utopía” de poder investigar la genealogía desde el sillón de tu casa sea cada vez más real en nuestras mentes.
LA CONSTITUCIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LAS ASOCIACIONES
Cuando un grupo de personas da el paso para constituir una asociación genealógica se enfrentan al reto de tener que conocer la normativa que las regula, y que, como veremos más adelante para el caso español, muchas veces no da respuesta a las necesidades actuales.
HISPAGEN se fundó en el año 2000, todavía con la ley del año 1964 vigente, pero en la actualidad el marco normativo es la Ley Orgánica 1/2002 a las que todas las asociaciones anteriores tuvieron que adaptarse. Una ley reciente (de hace 9 años) con muy pocas modificaciones, pero que en términos relativos aplicables a la vertiginosa evolución de Internet y las nuevas tecnologías podemos considerar “desfasada” en algunos aspectos.
El acuerdo de constitución de una asociación adoptado por 3 o más personas (que serán los socios fundadores) ya les pondrá en evidencia a los socios que tendrán que dedicar parte de sus recursos a las diversas tareas de gestión, y que en función del tamaño y capacidades de cada asociación puede llegar a ser una limitación importante para el desarrollo de los fines asociativos.
En cualquier caso el procedimiento de constitución se compone de unos sencillos trámites ante el Ministerio del Interior o las Comunidades Autónomas que se pueden resumir en la creación del Acta Fundacional, la elección del domicilio y denominación, la adopción de unos Estatutos y la inscripción en el registro nacional o autonómico correspondiente.
Desde la experiencia de HISPAGEN nuestra recomendación a las nuevas asociaciones genealógicas es que se doten inicialmente de unos estatutos básicos y flexibles que no incluyan muchos pormenores de regularización interna, pues la exigencia de asambleas extraordinarias y mayorías cualificadas pueden dificultar su modernización y modificación posterior.
El funcionamiento efectivo de las asociaciones puede ser abordado después mucho mejor con la adopción de un Reglamento de Régimen Interior que requiere menos exigencias legales, y cuya adaptación y cambio a las evoluciones de la Asociación será más dinámico.
La existencia y actividad de la asociación conllevará unas obligaciones documentales que consisten en la llevanza del libro de socios, una contabilidad fiel, un inventario de bienes y un libro de actas.
Aunque la Asamblea general de socios es el órgano supremo de las asociaciones que se rige por el principio mayoritario y de democracia interna, la ley sólo establece que deberán reunirse como mínimo (físicamente) una vez al año; por eso legalmente también se requiere la existencia de un órgano permanente de gestión y representación de la asociación (lo que conocemos como juntas, rectoras, directivas, consejos, etc.) que en la práctica serán los encargados del cumplimiento de las obligaciones legales y de articular el funcionamiento y gestión diaria de las asociaciones.
“Para ser miembro de los órganos de representación serán requisitos indispensables: ser mayor de edad, estar en pleno uso de los derechos civiles y no estar incurso en los motivos de incompatibilidad establecidos en la legislación vigente.”.
Además hay que añadir el régimen de RESPONSABILIDAD LEGAL que establece que responderán ante la asociación, ante los asociados y ante terceros por los daños causados y las deudas contraídas por actos dolosos, culposos o negligentes y también civil y administrativamente por los actos y omisiones realizados en el ejercicio de sus funciones, y por los acuerdos que hubiesen votado, incluso solidariamente sin la responsabilidad no puede imputarse a ninguno de sus miembros en concreto.
Esta sencilla regulación legal plantea en la actualidad importantes lagunas y problemáticas en el funcionamiento real de muchas asociaciones como HISPAGEN:
· La reunión física anual de la Asamblea General de socios supone un problema logístico importante, porque la procedencia y residencia de los asociados de HISPAGEN está repartida prácticamente por todas las autonomías de España, e incluso aproximadamente un 20% de nuestros asociados históricos son extranjeros, o residen allí, con preeminencia de países americanos, aunque también tenemos socios en países europeos de nuestro entorno más cercano, especialmente Francia. Ello limita las posibilidades de una amplia asistencia a las asambleas, lo que se viene supliendo con el recurso a las delegaciones y representaciones entre socios.
· Pero sin duda la revolución respecto al asociacionismo tradicional es el hecho de que las relaciones entre socios tanto para asuntos internos, como para proyectos genealógicos, se vienen desarrollando a través de listas de correo o foros de internet, lo que representa un potencial inmenso de trabajo y dinamización de las actividades genealógicas, pero también constituye lo que venimos denominando una ASAMBLEA DE SOCIOS VIRTUAL Y PERMANENTE, que a menudo supone unos niveles de exigencia difíciles de gestionar, teniendo en cuenta que todo el trabajo desempeñado por los socios de HISPAGEN es voluntario y gratuito. ¿Qué validez tienen los acuerdos virtuales de los socios? ¿porqué no se articula legalmente el funcionamiento “no presencial” de las asociaciones? ¿Es la videoconferencia una solución? ¿Cómo se solucionarían los posibles riesgos de suplantación de identidad en un funcionamiento asociativo virtual?, son solo algunos ejemplos de las continuas interrogantes que las asociaciones tienen cotidianamente.
· La responsabilidad de los miembros de los órganos rectores no es una problemática esencial, porque entendemos que debe existir para evitar comportamientos inadecuados en la gestión de una asociación, pero ciertamente “asusta” a muchos socios que no se atreverán a desempeñar cargos con responsabilidad en una asociación donde todos sus socios tienen la posibilidad de expresarse y acordar casi en “tiempo real”, pero mientras ellos están exentos de cualquier responsabilidad incluso en acuerdos mayoritarios, los miembros de los órganos de representación están sometidos a una responsabilidad solidaria, que les obliga a someter a valoración la idoneidad y adecuación a la legalidad de todas las propuestas que surjan de sus socios, e incluso, en casos extremos, a no compartirlas en su totalidad.
· Otra cuestión que se suscita a raíz de la responsabilidad es la de los socios extranjeros, que en principio y en ausencia de regulación legal específica son incluidos sin problemas en las asociaciones; pero sí estarán limitados para ocupar cargos en los órganos rectores (Presidencia, Vicepresidencia, Secretaría o Tesorería) pues sólo podrán ocuparlos aquellos que puedan someterse a la jurisdicción española, lo que paradójicamente ocasiona en algunos casos, que socios en disposición de ocupar esos puestos, no puedan acceder a ellos por impedimento legal, y deban ser relegados a cargos de vocalías o asesores con menos relevancia, responsabilidad o actividad. Desde HISPAGEN se considera que la regulación de la figura del socio residente en el extranjero sería beneficiosa para el funcionamiento de las nuevas asociaciones genealógicas que utilizan Internet como herramienta.
EL VOLUNTARIADO Y EL ÉXITO DE LAS ASOCIACIONES
· Como hemos dicho el VOLUNTARIADO es el eje que hace funcionar a una asociación como HISPAGEN, o el gran proyecto Indexing de FamilySearch, lo que da idea del potencial que el trabajo desinteresado de personas de todo el mundo unidas por la genealogía y con el soporte de una asociación y las nuevas tecnologías pueden llegar a desarrollar. Pero la gestión de ese voluntariado debe tener en cuenta las limitaciones que puede encontrarse y la evolución de esos recursos humanos. Quizás en un proyecto como Indexing, el objetivo de la aportación de trabajo voluntario está más definido y sobreentendido desde un principio, pero en asociaciones como HISPAGEN nos enfrentamos al hecho de que no todas las personas que se asocian querrán, o podrán, trabajar en los proyectos genealógicos que se planteen: Nos encontraremos con diferentes tipos de socios:
o Algunas personas que buscan principalmente obtener un asesoramiento genealógico cualificado y gratuito, que realmente podrían obtener en otros foros libres que no sean asociaciones.
o Otros que simplemente se asocian por simpatía y apoyo a la genealogía, pagan su cuota, acceden a ciertos servicios e informaciones, pero realmente no se plantean colaborar en proyectos.
o Encontraremos el caso del socio “impetuoso” que acepta y se apunta con ilusión a cualquier proyecto, pero que una vez iniciado se da cuenta que su realidad laboral o personal no le permite dedicar el tiempo que hubiera deseado.
o También se dará el caso de socios que están iniciándose en la investigación genealógica y que aunque estén dispuestos a colaborar en todo, requerirán de una formación previa, para tratar que los resultados en trabajos de indexación o transcripción contengan los mínimos errores posibles.
o Y por último está un grupo más reducido de socios respecto a la masa social total, que tienen claro desde un principio que quieren trabajar por y para la asociación y la genealogía, y que podemos graduar en los que ofrecen su tiempo con altibajos según sus circunstancias (principalmente personas activas laboralmente) y los que tienen un tiempo disponible más amplio y constante (jubilados, estudiantes, parados, etc.), y de entre ambos saldrán también voluntarios que además de colaborar en proyectos genealógicos darán un paso más al frente para ayudar en tareas más áridas como son la gestión y representación de la asociación.
En el seno de HISPAGEN hemos comentado alguna vez, que en nuestra asociación, e intuimos que en otras también ocurrirá, parece cumplirse el PRINCIPIO DE PARETO, aquel que en esencia plantea que aproximadamente un 20% de las acciones producen un 80% de los resultados y viceversa. O sea que en la práctica aproximadamente el 80% de los resultados de HISPAGEN podemos atribuírselos a la actividad del 20% de sus socios.
¡Ojo, pues esto no es una crítica a nadie!, es simplemente la constatación de un hecho relevante, y que desde HISPAGEN consideramos claves para el éxito de una asociación genealógica:
o Que tras la fundación de una asociación que inevitablemente tendrá en sus comienzos un carácter más personalista en torno a sus fundadores, se sienten las bases de funcionamiento interno que aprovechen el voluntariado y las capacidades de todos sus socios, para evitar que haya “personas imprescindibles” y que la natural evolución y sustitución de personas puedan hacer que la asociación tenga “vida propia” y un largo futuro de actividad por delante.
o Que la democracia interna sea una realidad, y los acuerdos y proyectos se adopten por mayoría de sus socios, siendo muy importante la “cultura” del respeto a esas mayorías democráticas, pues en la investigación genealógica, como en casi todo, también caben opiniones y enfoques diversos, y en nada ayudan posturas “maximalistas” del tipo “o se hace como yo digo o entonces no ayudo”.
o Una asociación debe considerar útiles a todos sus socios, independientemente de sus capacidades y aportaciones; incluso aquél socio que se limita a pagar su cuota anual puede estar haciendo un importante sacrificio, pues lo que en Europa puede ser una insignificante cuota anual, para determinadas personas, por ejemplo, en un país de Centroamérica podría suponer un esfuerzo más considerable de lo que percibimos. Sólo el hecho de asociarse supone un apoyo a la Genealogía, y que al menos el importe de esas cuotas se invertirán o revertirán, más tarde o más temprano, en los fines de la asociación.
o La gestión eficiente de los recursos humanos, volviendo a lo anterior y al Principio de Pareto, los órganos gestores no deben “obsesionarse” con que todos sus socios puedan aportar mucho porque eso será una utopía en la mayoría de los casos, sino que deben aprender a gestionar y potenciar los recursos disponibles, y adaptarse a las variaciones temporales y de intensidad en las capacidades del voluntariado de sus socios.
LOS RETOS FUTUROS PARA LAS ASOCIACIONES GENEALÓGICAS
· El reto principal lo estamos afrontando con la necesaria adaptación a la nueva forma de asociacionismo genealógico que debe implementar las actuales tecnologías y herramientas informáticas en su funcionamiento, y aprender a fomentar nuevas ideas y formas de aplicación a las investigaciones genealógicas.
· Otra asignatura pendiente para las asociaciones es lograr una mayor sensibilización de las administraciones públicas con la conservación y difusión de los fondos genealógicos, pues aunque la ley de asociaciones prevé la declaración de utilidad pública para favorecer el acceso a ayudas públicas, lo cierto es que el número y cantidad de ayudas a proyectos culturales relacionados con la genealogía es muy pequeño, en comparación con el gran volumen de ayudas de tipo social. Casos como el del País Vasco donde ha existido una gran inversión económica, y colaboración del gobierno autonómico con las autoridades eclesiásticas son una excepción.
· En la actualidad apreciamos avances importantes en la digitalización y difusión de numerosos fondos, pero también es cierto que esos avances salen muchas veces gracias a la propuesta activa del ámbito de la archivística, pero ello no implica que sigan existiendo ofertas de asociaciones para colaboración en proyectos de digitalización, indexación, publicación y difusión de recursos genealógicos, que no salen adelante por la falta de apoyo o financiación por parte de las administraciones públicas, y que en esta época de crisis nos tememos que dicha circunstancia pueda agravarse
· No hay que olvidar que cuantitativamente las necesidades económicas de muchos proyectos que puedan llevarse a cabo fácilmente por asociaciones genealógicas son relativamente escasas en comparación con las requeridas en otro tipo de ayudas públicas: Una asociación genealógica con una ayuda de 10.000 o 20.000 euros podría sacar adelante y finalizar proyectos de cientos de miles de registros, y con esa cantidad en otros ámbitos receptores de ayudas públicas igual solo tienen para hacer los carteles, pagar a los creativos o diseñadores de la actuación. Esta esperada eficiencia en el ámbito de la Genealogía es gracias al importante ofrecimiento desinteresado y gratuito de numerosos voluntarios que están dispuestos a fotografiar libros y documentos, confeccionar indexaciones y bases de datos, mejorar y adaptar software, páginas web, etc., potencial real muchas veces desaprovechado por trabas administrativas o institucionales difíciles de comprender la mayoría de las veces.
· En la última Asamblea General de Socios de HISPAGEN recientemente celebrada, precisamente se habló de la poca capacidad de influencia y colaboración que las asociaciones genealógicas, en general, vienen obteniendo a sus numerosas ideas y propuestas a las administraciones públicas o instituciones religiosas. Y de manera oficiosa entre algunos socios se concluía que en España, la valoración de la HISTORIA FAMILIAR por administraciones e instituciones todavía lleva un retraso cultural con respecto a otros países (como Francia, EEUU o el mundo anglosajón en general). En España curiosamente los contactos telemáticos o a distancia están reñidos con los buenos resultados, que cuando se obtienen son gracias a una presencia y contacto más personal y directo con los responsables de administraciones e instituciones, para que puedan ver formas de trabajar, resultados de otros proyectos, y acaben por convencerse de lo positivo de ciertas propuestas, y consideramos que este aspecto debe ser trabajado y explotado en el futuro inmediato por las asociaciones genealógicas.
· Y para avanzar por muchos de estos caminos consideramos que todavía queda por recorrer, en el ámbito de las nuevas asociaciones genealógicas, el que en su día ya recorrieron las academias y asociaciones tradicionales: El de la unión y FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES, camino no exento de dificultades y complejidades pero que desde HISPAGEN ya se ha planteado embrionariamente a otras asociaciones con la creación en el año 2008 de una lista virtual de correo para intercambio de información y colaboración entre asociaciones genealógicas (de momento con sede social en España) denominada GENAI, integrada aproximadamente por una decena de asociaciones y que está abierta a cualquier iniciativa futura de colaboración colectiva entre asociaciones que pueda ser planteada, que sin duda reportaría nuevas y mayores ventajas a la genealogía, a una escala mayor que las que logran aquellos genealogistas individuales que se integran en una asociación, puesto que como ya planteábamos en un principio es un hecho que “LA UNIÓN HACE LA FUERZA”, y si todas las asociaciones fuéramos capaces de aunar colectivamente nuestros intereses y esfuerzos, los objetivos logrados en el futuro serían mucho más importantes y relevantes para esta pasión común que tantos compartimos y que es la GENEALOGÍA y la HISTORIA FAMILIAR.
¡Muchas gracias a todos!
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